O.D.I.A.
2 min readMay 20, 2021

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¿De quién es el software? ¿Qué protecciones tiene? Veamos qué pasa y preguntémonos por qué.

Primero un saludo a @leitomonk por habernos traído este tema con su pregunta.

Repasemos primero qué pasó históricamente. Antes de la creación y popularización del software existían dos tipos de protección sobre las creaciones: la propiedad intelectual (para obras científicas, literarias, artísticas) y las patentes (para productos y procedimientos).

¿Es el código fuente (y su resultado ejecutable) más parecido a una obra creativa como un texto, o más parecida a una máquina? Parece ser algo intermedio que podría encajar (haciendo bastante esfuerzo) en ambas categorías.

Un problema parecido al que ya mencionamos que tuvo la Corte Suprema de Estados Unidos en el caso de Google v. Oracle.

En el caso argentino, el Congreso decidió, en 1998, que debía ser propiedad intelectual pero con unos pequeños cambios. Uno de ellos es quién es dueño de la propiedad.

En el caso de una obra artística, aunque se venda o cedan los derechos, el dueño sigue siendo quien lo crea y mantiene el derecho irrenunciable a exigir la atribución de la obra y que se reproduzca fielmente.

Sin embargo, si une programadore es contratado por una empresa para desarrollar software, este derecho se lo queda la empresa. Si el código sería considerado una obra, ¿por qué el legislador consideró necesario hacer esta excepción?

Quizás (y acá estamos especulando libremente) contempló la necesidad de actualizaciones o adiciones propias del software, en contraste con el arte que una vez publicado no puede ser modificado.

Pero si es así, ¿Por qué el Congreso incorporó al software como propiedad intelectual y no como patente? 🤔🤔🤔

Tal vez porque cuando se otorga una patente de una máquina hay que presentar los planos y dibujos técnicos.

¿Es el código fuente el plano del software? ¿Tendría entonces que ser la oficina de patentes el repositorio central de todo el software del país?

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O.D.I.A.

Ámbito de intercambio y aprendizaje mutuo entre abogades e informátiques.